viernes, 21 de noviembre de 2014

Facilitar el aprendizaje. Evidencia 4

Según el Marco común europeo de referencia, una tarea es una acción que se lleva a cabo intencionadamente con el objetivo de conseguir un resultado concreto. La comunicación es un aspecto presente en muchas de las tareas que se llevan a cabo día a día. En un enfoque orientado a la acción se hace uso de ellas para enseñar/aprender una lengua extranjera. Se distingue entre tareas de la "vida real" y las de carácter "pedagógico". Estas últimas son las más habituales en clase, producidas especificamente para el contexto del aula.


Las tareas "pedagógicas", al igual que las de la "vida real", tienen que ser comunicativas, tienen que favorecer la negociación de significados. Como tareas comunicativas, tienen que ser significativas y relevantes (próxima al alumno y útil en lo que respecta al tema y al contenido). Además, tienen que ser factibles para que el alumno la pueda realizar con el dominio de la lengua que posee. Los resultados deben ser identificables.

Al llevar a cabo una tarea, el individuo que la realiza activa sus competencias estratégicamente. Las competencias son, según el MCER, "la suma de conocimientos, destrezas y características individuales que permiten a una persona realizar acciones". Estas competencias son las generales (con independencia de la lengua) y las comunicativas, que permiten llevar a cabo una tarea empleando la lengua. Estas competencias específicas se dividen en competencias lingüísticas, que recogen los conocimientos relacionados con la lengua en sí misma, sin relación con el contexto; competencias sociolingüísticas, que tienen que ver con el componente sociolingüístico de la lengua; y competencias pragmáticas, relacionadas con la producción de actos de habla.

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